Todo ser humano tiene una forma de ver e interpretar el mundo y lo que sucede a su alrededor. Todo mundo tiene una perspectiva respecto a lo que sucede a su alrededor. Esta perspectiva es la que informa la forma en que se comporta. A esto se le llama cosmovisión.
Una cosmovisión es el conjunto de creencias que forman conceptos a través de los cuales el hombre toma decisiones.
La palabra cosmovisión viene de la unión de dos palabras griegas: cosmos (orden) y visión (comprender). Cada persona toma decisiones a partir de esa cosmovisión (lo que cree, conoce y ve). Decisiones respecto a la vida, el trabajo, relaciones, política, artes, etc.
LO QUE VEMOS TIENE INFLUENCIA
Todo lo que nos rodea está constantemente informando nuestra forma de ver e interpretar las cosas. Toda la cultura que nos rodea informa nuestra forma de ver e interpretar las cosas. La cultura popular, tristemente, es la que más impacto tiene en el corazón de las personas.
Sea algo bueno o malo, Señorita Laura, Ophra, MTV, Dr Phil, Reality Shows, Música, Revistas, Libros, Redes Sociales, Noticieros, Analistas, Expertos etc. están influyendo constantemente en cómo pensamos. Un ejemplo podría ser el famoso slogan «YOLO» es de alguna manera, una cosmovisión.
«Vive hoy, sin que te importe el mañana» es una forma de ver e interpretar nuestro propósito en la vida: divertirte sin que te importe el mañana. El slogan nació en el 2011, cuando el rapero Drake lanzó una canción, la cual decía en una parte: «Sólo vives una vez, ese es el lema» Y de hecho, ese ha sido el lema de muchos incluso antes de que se hiciera famosa la canción. Pero ha impactado la cultura grandemente, así como su última canción de donde nació uno de los retos famosos de internet el «kiki challenge».
Nuestra cosmovisión puede ser influenciada desde el uso de estos slogans, hasta la forma en que percibimos como un gobierno debería funcionar, cómo los roles del hombre de la mujer y el hombre deberían trabajar o quién puede definir donde y cuando inicia la vida.
EL CRISTIANO Y SU COSMOVISIÓN
En las últimas semanas, en mi país, se han desatado una serie de acontecimientos político-sociales bastante fuertes. Varios son los cristianos que han tomado posturas diferentes en cuanto a temas como el aborto, la familia, política e incluso la labor de la misma institución de la iglesia.
El problema, a mi parecer, no es necesariamente que existan posturas contrarias. En toda la historia del cristianismo la búsqueda de la verdad y la razón de vivir han llevado a grandes maestros y teólogos a diferir en cuestiones de segunda importancia respecto a lo que creen.
Lo que si es realmente preocupante, es, que las posturas que tomamos no vienen de una cosmovisión cristiana, sino, mas bien, de cosmovisiones que el cristiano debería de considerar subsecuentes a su fe o lo que profesan creer.
LA VERDAD
La cosmovisión cristiana, históricamente ha sido conocida por responder a una pregunta esencial. ¿Qué es la verdad? Irónicamente, sólo esta pregunta nos hace ver que la cosmovisión cristiana va en contra de cosmovisiones post-modernas en donde la verdad es algo subjetivo.
La verdad mía puede ser diferente a la tuya, y ahí es donde el mundo empieza a confundirse y tratar de buscar la paz y la tolerancia en medio de un mundo que no quiere aceptar una verdad absoluta. He sido testigo de conversaciones en donde literalmente me han dicho: «Esa es tu verdad, pero yo creo otra… » y lo triste, es que ambos afirmamos ser cristianos.
Para el cristiano, la verdad no puede ser subjetiva. La verdad no es algo que nosotros sentimos o pensamos (influenciados por la cultura) sino algo más trascendente que la cultura y que nosotros mismos. La verdad para el cristiano es absoluta y racional. Esta verdad es la misma palabra de Dios. Lo que Dios ya dijo y ha establecido respecto a cómo sus hijos, su familia, debería de ver el mundo.
NO ESTAMOS A CIEGAS
Como cristianos no hemos sido dejados en este mundo viviendo a ciegas. Dios no nos creó y nos dejó a nuestra suerte para que cada quien eligiera que quería creer y cómo debería vivir. Dios, en una muestra de amor profundo por sus hijos, ha dejado su misma palabra, la cual moldea, guía y alumbra el camino del cristiano.
Tu palabra es una lámpara que guía mis pies, y una luz para mi camino.
Salmo 119:105
En una oración llena de amor, Jesús antes de dejar a sus discípulos le ruega al Padre por ellos. Jesús ora por aquellos que iba a dejar en el mundo, y pide al padre que los guarde, que los cuide, pero es asombrosa la forma en que Jesús le pide al Padre que lo haga:
13 »Ahora voy a ti. Mientras estuve con ellos en este mundo, les dije muchas cosas para que estuvieran llenos de mi alegría. 14 Les he dado tu palabra, y el mundo los odia, porque ellos no pertenecen al mundo, así como yo tampoco pertenezco al mundo. 15 No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. 16 Al igual que yo, ellos no pertenecen a este mundo. 17 Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad.
Juan 17:13-17
La verdad absoluta, por la cual el cristiano debería regir, vivir e informar su vida, es una verdad escrita. Es una verdad que está documentada por testigos durante la vida de otros testigos. Es una verdad de origen divino y no humano, en donde el mismo Dios, creador del universo inspiró autores para poder dejarla a sus hijos como una lampara en la noche.
Una lámpara que alumbra el camino de noche para que sus hijos no se pierdan, no se tropiecen, ni vayan a ciegas.
Es esta verdad la que nos alumbra respecto a cómo ver el matrimonio, el trabajo, la familia, la vida, la política, la sociedad, la amistad, la cultura, la ciencia, artes, etc. Es esta misma verdad absoluta de Dios diciéndole a sus hijos que busquen la sabiduría en él y no confíen en su propio corazón:
Esto dice el Señor:
«Malditos son los que ponen su confianza en simples seres humanos, que se apoyan en la fuerza humana y apartan el corazón del Señor. 6 Son como los arbustos raquíticos del desierto,
sin esperanza para el futuro. Vivirán en lugares desolados, en tierra despoblada y salada.7 »Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.8 Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.
9 »El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
Jeremías 17:5-9
PALABRA PROFÉTICA SEGURA
James Orr, un teólogo escoces, en su libro «La cosmovisión de Dios y el mundo» sostiene que existe una cosmovisión cristiana definida de las cosas, que tiene un carácter, una coherencia y una unidad propia, y que está en agudo contraste con las teorías contrarias y las especulaciones.
Una cosmovisión cristiana tiene el sello de la razón y la realidad y puede resistir la prueba de la historia y la experiencia. Una cosmovisión cristiana del mundo no puede ser infringida, aceptada o rechazada por partes, sino que permanece o cae en su integridad.
Una cosmovisión cristiana no se basa en varios tipos de verdad (religiosa, política, social, filosófica o científica) sino en un principio universal y un sistema completo y seguro (al no ser de origen humano) que da forma e informa todo lo demás. Dios nos ha dado la palabra profética (la verdad de parte de él) más segura: su palabra. (2 Pedro 1:12-21)
DESARROLLARLA Y APLICARLA
Los cristianos deben tener la capacidad de articular una cosmovisión cristiana para estos tiempos, con todos sus desafíos y cambios, y mostrar cómo ese pensamiento cristiano es aplicable en todas las áreas de la vida. En el corazón de estos desafíos y cambios vemos que la verdad, la moralidad y los marcos interpretativos no están solo siendo ignorados si no rechazados.
Al final, no se trata de que pienso o siento yo respecto al matrimonio, política, vida, relaciones, etc. sino lo que Dios ya estableció respecto a estas cosas.
Para poder empezar a entender, desarrollar y aplicar una cosmovisión cristiana, debemos realmente entender lo que el primer verso de la biblia significa.
En el principio, Dios…
Entender que Dios es el creador de todo lo que existe, para un cristiano, es fundamental en el desarrollo y aplicación de nuestra cosmovisión. Como creador del universo, el define cómo funciona, sus parámetros, límites y normas. Es él como creador quien le dice a su creación cual es su propósito y función.
Después leemos que Dios es el juez de su creación:
«… y vio Dios que era bueno… y vio Dios que no era bueno…»
El es quien, como juez, define que está bien y que no. El da los parámetros como juez justo, bueno, quien creo todo lo que el hombre necesitaba antes de crear al hombre como pináculo de su creación. Lo que Dios como creador, juez y buen padre, ha dejado establecido es para nuestro propio bien y su misma gloria, aunque a nosotros no nos guste, como a Adan y Eva en Génesis 3 y por lo cual hoy aún vivimos en un mundo lleno de caos y maldad.
Una cosmovisión cristiana afirma que Dios es el Señor soberano y todopoderoso de toda la existencia. Él como creador ha establecido normas para que su creación viva y coexista. Esta cosmovisión nos da nuestra identidad, a través de la cual vivimos nuestra vida
En palabras de David Dockery, en su libro «Moldeando una cosmovisión Cristiana»: Nuestra identidad está moldeada por esta cosmovisión. Ya no nos vemos como pecadores alienados. Una cosmovisión cristiana no es escapismo, sino una motivación energizante para el pensamiento piadoso y fiel y la vida en el aquí y ahora.
También nos da confianza y esperanza para el futuro. En medio de los desafíos y luchas de la vida, una cosmovisión cristiana ayuda a estabilizar la vida, anclándonos a la fidelidad y firmeza de Dios.
Por lo tanto, una cosmovisión cristiana proporciona un marco para el pensamiento ético. Reconocemos que los humanos, que están hechos a la imagen de Dios, son esencialmente seres morales. También reconocemos que la encarnación más completa del bien, el amor, la santidad, la gracia y la verdad está en Jesucristo (Juan 1:14-18) al cual nuestra cosmovisión nos llama a imitar.
CONCLUSIÓN
Desarrollar una cosmovisión cristiana es un proceso en constante avance para nosotros, un proceso en el que las convicciones cristianas moldean cada vez más nuestra participación en la cultura. Este proceso disciplinado, vigoroso e interminable ayudará a dar forma a la forma en que evaluamos la cultura y nuestro lugar en ella.
De lo contrario, la cultura nos seguirá informando y deformando, una cosmovisión cristiana ofrece una nueva forma de pensar, ver y hacer, basada en una nueva forma de ser.
Una cosmovisión cristiana es una forma coherente de ver la vida, de ver el mundo distinto del deísmo, el naturalismo y el materialismo, el existencialismo, el politeísmo, el panteísmo, el misticismo o el posmodernismo deconstruccionista.
APLICACIONES PARTICULARES:
Aunque se pueden ofrecer muchos ejemplos, Dockrey ofrece algunos donde una cosmovisión cristiana proporciona una diferencia de perspectiva:
- Tecnología : la tecnología puede convertirse en un instrumento a través del cual cumplimos nuestro papel de mayordomos de Dios o un objeto de adoración que eventualmente nos gobernará. Una cosmovisión cristiana proporciona equilibrio y comprensión para comprender este aspecto crucial de la vida del siglo XXI.
- Sexualidad y matrimonio: la sexualidad se ha convertido en un tema importante para quienes ingresan al tercer milenio. Existe mucha confusión entre cristianos y no cristianos. La sexualidad es buena en la relación de pacto del matrimonio mutuo que se entrega a sí mismo. La intimidad sexual, separada del matrimonio pactado, en relaciones heterosexuales u homosexuales es pecaminoso y tiene un significado distorsionado, un propósito egoísta y consecuencias negativas.
- El medio ambiente : la mayordomía ambiental significa que tenemos una responsabilidad con los aspectos no humanos de la creación de Dios. Como el plan de redención de Dios incluye tanto a su creación terrenal como a la humana (Romanos 8: 18-27 ), debemos hacer todo lo posible por vivir en ella con cuidado y amor.
- Las artes y la recreación: las artes y la recreación se entienden como partes legítimas e importantes de la creatividad y la comunidad humanas. Expresan lo que significa ser creado a la imagen de Dios. Necesitamos desarrollar habilidades críticas de análisis y evaluación para que estemos informados, intencionados y reflexivos sobre lo que creamos, vemos y hacemos.
- Ciencia y fe: durante casi dos siglos, la ciencia ha estado a la vanguardia de nuestro mundo moderno. Debemos explorar cómo vemos los problemas científicos desde el punto de vista de una cosmovisión cristiana. La comprensión de Dios incluye el conocimiento que obtenemos a través de la investigación científica. Con el lente de la fe en su lugar, emerge una imagen del mundo de Dios que complementa y armoniza los hallazgos de la ciencia y las enseñanzas de la Escritura.
- Vocación: importante para cualquier cultura es la comprensión del trabajo. El trabajo es un regalo de Dios y debe ser perseguido con excelencia para la gloria de Dios. Reconocemos que todas las profesiones honestas son honorables, que los dones y habilidades que tenemos para nuestra vocación (vocación / vocación) provienen de Dios, y que la prosperidad y las promociones provienen de Dios.
- Política: cada vez mas salen a luz las divisiones que las posiciones e ideologías políticas causan entre los mismos cristianos. Dios nos mandó a preocuparnos por la viuda, el huérfano y el prójimo, pero no con el dinero de otros, sino con el esfuerzo propio de nuestro trabajo buscando el bien común. Somos nosotros como individuos quienes debemos de buscar ese bienestar y no demandarlo de un organismo de estado. Es ahí en donde yacen las grandes diferencias de pensamiento, pero de nuevo, es Dios quien define los parámetros y las formas.
- Vida: el ser humano al ser hecho a la imagen de Dios posee dignidad. El ser humano es formado desde la concepción como un recipiente del imago Dei. Esto debería de informar la forma en que vemos, pensamos y opinamos respecto a temas como el aborto. A pesar de que no es un tema tan sencillo, el principio fundamental del debate siempre será el considerar al ser humando digno por ser portador de la imagen de Dios desde su concepción.
Estos son solo algunos ejemplos que podrían citarse que ayudarán a dar forma a nuestro pensamiento en otras áreas. Siempre tomando en cuenta que la palabra de Dios debe de leerse de forma correcta y no sólo interpretarse como un manual de vida o un mensaje para mi persona específicamente. Sin una buena hermenéutica, no podremos realmente entender la palabra de Dios.
Por lo tanto, el pensamiento cristiano seguramente debe subordinar todos los demás esfuerzos al mejoramiento de la mente en la búsqueda de la verdad, llevando cada pensamiento cautivo a Jesucristo ( 2 Corintios 10: 5 ). Entonces hoy, como en los días de la correspondencia corintia, nuestras mentes y nuestro pensamiento están atrapados por los muchos desafíos y cosmovisiones opuestos en la academia de hoy. Como Pablo y Bernardo de Clairveaux, varios siglos después de él, debemos combinar lo intelectual con lo moral y lo espiritual expuesto en la famosa declaración de Bernard:
Algunos buscan el conocimiento por el bien del conocimiento: eso es curiosidad;
Otros buscan el conocimiento para que ellos mismos puedan ser conocidos: eso es vanidad;
Pero todavía hay otros que buscan conocimiento para servir y edificar a otros; Y eso es caridad.
Y esa es la esencia del pensamiento de la cosmovisión cristiana: llevar cautivo todo pensamiento al señorío de Jesucristo para servir y edificar a los demás. De alguna manera, siempre que pensemos, opinemos, decidamos y vivamos, pensemos:
«¿Esto que estoy diciendo, pensando y decidiendo, da gloria a Dios? ¿Es algo que emula a Jesús y su ejemplo? ¿Está alineado con lo que Dios estableció en su palabra?» Recordemos que para un verdadero cristiano no existe una opinión aparte en relación a temas como matrimonio, política, vida, trabajo, relaciones, etc. Para un verdadero cristiano su cosmovisión nace de la misma palabra de Dios y no hay mayor gozo que hacer las cosas para su gloria. Es ahí donde encontramos un gozo eterno y verdadero.