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Cuando hablamos de la Navidad, siempre existirán personas que argumenten que no solo la celebración, si no, todas las tradiciones de la misma son una abominación a Dios. Parte de las costumbres navideñas tienen mucho que ver con el uso de iconos, símbolos y tradiciones.  ¿Son malas? ¿Son pecado? ¿Es idolatría? ¿Es abominación a Jehová?

Estas son afirmaciones que aún es común escuchar entre sectas que intencionalmente quieren negar el nacimiento de Jesús en tiempo y espacio. También son frases que probablemente son usadas por personas que están muy confundidas por una mala enseñanza o por aquellos que sencillamente no han sido enseñados nunca respecto al tema.

Veamos qué podemos decir al respecto

SOLA ESCRITURA

Creemos y sabemos que nuestra única y última autoridad para cuestiones del vivir cristiano es la palabra de Dios. A este principio se le ha denominado desde tiempos de la reforma Sola Scriptura.  Es por eso que debemos en algunos casos (la biblia no responde preguntas como con quién me voy a casar específicamente) de nuestra vida cristiana saber qué norma y que rige la misma.

El reto al momento de utilizar la biblia como argumento para hacer o dejar de hacer algo que la misma regula, es que debemos de ser hermenéuticamente responsables al hacerlo. Por ejemplo, no podemos usar (en un sentido absoluto y literal) lo que la biblia describe como una historia.  En otras palabras, no podemos hacer que algo sea normativo, cuando es sólo narrativo. Es como querer escupir a la tierra, hacer lodo y ponerlo en alguien que está enfermo porque «Así lo hizo Jesús».  Aunque honestamente, no me sorprendería que alguien lo esté haciendo.

Uno de los principios hermenéuticos más importantes al momento de acercarnos al texto, es que absolutamente toda la escritura, todo su contenido, historias, personajes, figuras, tradiciones, etc. apuntan a Cristo. El Antiguo Testamento apunta al Evangelio y el Nuevo Testamento recuerda y aplica ese mismo Evangelio. (Éxodo 24:4, Deuteronomio 4:1-2, Deuteronomio 17:19, Josué 8:34, Salmos 19:7-10, Salmos 119:11,89,105,140, Isaías 34:16, Isaías 40:8, Jeremías 15:16, Jeremías 36, Mateo 5:17-18, Mateo 22:29, Lucas 21:33, Lucas 24:44-46, Juan 5:39, Juan 16:13-15, Juan 17:17, Hechos 2:16, Hechos 17:11, Romanos 15:4, Romanos 16:25-26, 2 Timoteo 3:15-17, Hebreos 1:1-2, Hebreos 4:12, 1 Pedro 1:25, 2 Pedro 1:19-21).

En base a este principio importante, vemos que la misma biblia usa símbolos, iconos, tradiciones, fiestas y costumbres que apuntan a una historia y persona mayor a todo: Cristo.  Veamos algunas de las tradiciones más comunes en Navidad y como desde hace siglos han sido ocupadas por el cristianismo para hacer lo mismo, apuntar al Evangelio y no como afirman muchos, que todo esto nace de costumbres paganas.

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

Para principiar, el árbol navideño es simplemente un adorno relacionado con la época. No he sabido nunca de que en alguna parte del mundo cristiano el árbol navideño sea objeto de honra, veneración, adoración o culto (Aunque tal vez no me sorprendería si así lo fuera en algunos pocos lugares). Los críticos de la Navidad la han emprendido también en contra de este adorno de la época, argumentando que tiene sus orígenes en prácticas paganas y citando textos como:

21 No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho,22 ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios. Deuteronomio 16:21-22

Como todo texto, éste tiene su contexto. Esto es lo que la mayoría olvidan. En el contexto de Deuteronomio, Dios da mandatos a su pueblo al momento de entrar a Canaán, para que ellos fueran apartados para él, ellos deberían de seguir estas indicaciones al pie de la letra. El contexto también nos muestra que está hablando de idolatría. La idolatría, que es, adorar a otros dioses y no al verdadero Dios, juega un papel importante en la historia del pueblo de Israel: NUNCA pudieron dejar de ser idolatras. Cuando el texto dice «No plantarás ningún árbol para Asera» está diciendo que no deben de elevar adoración a ese dios. Que no deben de consagrar y dedicar árboles a otros dioses.

Esto es exactamente lo que Pablo responde al momento de que los Corintios le preguntan si podían comer de la comida que vendían en el mercado, ya que toda esa había sido consagrada a otros dioses. La respuesta de Pablo la pueden ver y estudiar en 1a Corintios 8-10. O también ver el artículo que escribí al respecto.

Por otra parte, ¿por qué, de donde o cómo relacionan las sectas gnosticas la línea «no plantarás ningún árbol» directamente con el árbol de navidad? ¿A caso la biblia no dice también cosas hermosas sobre árboles (Sal. 1.3-4)? ¿Que hace que este verso hable específicamente del árbol de navidad?. El contexto histórico también nos informa que lo que salía de estos árboles eran figuras y objetos hechos de ese árbol para dedicarlos y ofrecerlos a Asera.  No eran un árbol adornado de colores rojo, blanco y verde.

Uno de los comentarios bíblicos más famosos (mundo hispano) dice lo siguiente:

La imagen de la diosa se hacía del tronco de un árbol que en el culto de los cananeos era conocido como el “árbol de la vida”

Hay TANTAS razones, lógicas, hermenéuticas, teológicas (Jesús y la Ley) e históricas para botar este tonto argumento sobre este verso en deuteronomio que me llevaría tal vez 5 artículos hacerlo. Pero esta es la idea principal, NO TIENE VALIDEZ.

Razonemos

Asumir que utilizar el árbol como adorno significa rendirle culto no es más que una interpretación irresponsable hermenéuticamente y de alguna forma, hasta risible. Un objeto o una cosa como lo es el árbol puede tener, en distintas culturas, distintos usos y significaciones y puede ser utilizado de las más variadas maneras.

Asumir que poner en el hogar, o en otro lado de nuestro entorno, un árbol como símbolo de la Navidad es una actitud pagana o pecaminosa significa tanto como creer que cuando comemos carne de res ofendemos a los  dioses porque en la India las vacas son sagradas (De nuevo, pueden leer el artículo en donde explico un poco sobre lo que Pablo contestó a este tipo de situaciones).

Nada puede ser más absurdo que esta manera de atacar la práctica de adornar un “arbolito” en nuestro hogar en la época de la Navidad. Sería más aceptable el argumento de la protección a la naturaleza, porque este es más racional, más de sentido común. Por otra parte, cualquier cristiano maduro y responsable con el texto bíblico sabe que la esencia de la navidad no es un árbol adornado, es lo que esto ha representado.

Origen

En cuanto al origen de esta práctica, hay muchas versiones que sería muy largo enumerar. Algunos han afirmado que la siguiente puede ser la más sólida:

 “La costumbre de un árbol de Navidad, sin decoración, se cree haber comenzado en Alemania, en la primera mitad del siglo octavo. La historia más antigua relata cómo el monje y misionero británico San Bonifacio (nacido en Winfrid en 680 d.C) estaba predicando un sermón sobre la Natividad a una tribu de druidas germánicos afuera del pueblo de Geismar. Para convencer a los idólatras de que el árbol de roble no era sagrado ni inviolable, el “Apóstol de los Alemanes” derribó uno en el mismo lugar.

Al caer, el roble quebró todos los arbustos a su paso, excepto un árbol tierno de abeto. Un evento ocurrido por casualidad puede conducir a alguien a numerosas interpretaciones y la leyenda dice que Bonifacio, a fin de obtener convertidos, interpretó el hecho de que el abeto hubiera sobrevivido era un milagro, con esta conclusión: ““Sea este llamado el árbol del Cristo niño””. Las navidades que siguieron en Alemania fueron celebradas plantando árboles de abeto. Sabemos con mayor autoridad que por el siglo dieciséis, los árboles de abeto, dentro y fuera de las casas, eran decorados para conmemorar la Navidad en Alemania. Una ordenanza forestal de Ammerschweier, Alsacia, fecha en l561, establece que ““Ningún ciudadano debe tener para Navidad más de un arbusto de más de ocho pies de alto.”” Las decoraciones colgadas de un árbol en ese tiempo, las primeras de las que tenemos evidencia, eran ““rosas de papel de muchos colores, manzanas, galletas, dulces y azúcar””.

Se sostiene ampliamente que Martín Lutero, el reformador protestante del siglo dieciséis, fue el primero en agregar velas encendidas al árbol navideño. Regresando a casa temprano, en la noche de Navidad, mientras componía un sermón, el quedó asombrado por el brillo de las estrellas que se veían titilar por entre las ramas de las siempre verdes coníferas. Para reconstruir la escena para su familia, el colocó un árbol en medio de la sala y con alambres en sus ramas sostuvo velas encendidas… La afirmación de que los alemanes de Pennsylvania iniciaron la costumbre del árbol navideño en Estados Unidos, es indisputable hoy. Y es en el diario de Mathew Zahm de Lancaster, Penssylvania, bajo la fecha de diciembre 20, 1821, que el árbol de Navidad y su miríada de decoraciones reciben su primera mención en el Nuevo Mundo.” (“Extraordinarios Orígenes de Cosas de la Vida Humana” de Charles Panati).

La transcripción anterior la hago porque me parece no solamente interesante sino además es hecha por una persona no religiosa.

¿Será que adornar nuestras casas con un árbol para conmemorar y celebrar la Navidad es una actitud pagana o es el árbol, en sí mismo,  pagano?

Si vamos de nuevo al texto, podemos ver por ejemplo que el libro de Isaías capítulo 60, el profeta está hablando sobre la gloriosa venida del Mesías y Dios le habla por medio de él a Jerusalén  y al altar del templo y, entre otras imagenes (lo cual es un elemento de la literatura) sorprendentes como el hecho de que la cubrirán multitud de camellos y que le traerán oro e incienso y que glorificará la casa de su gloria” (versículos 6 y 7), le dice en el versículo 13

“La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies”

CONCLUSIÓN

Podemos ver de forma sencilla como el uso de imágenes e iconos en la biblia nos puede llevar a la conclusión que lo que el texto implica es que al conocer a Cristo, habría adornos de árboles de ciprés, pino y bojes como señal de alegría y de fiesta. Con la anterior cita bíblica vemos de manera escueta el significado que para los judíos tenía los cipreses y los pinos. No solamente como adorno pues también, los árboles en general, tenían un significado más profundo, según lo afirma, el Rabino Eli Lev:

“Este Shabat es el año nuevo de árboles, Tu Bishvat. Es una fiesta no muy conocida pero no por eso no significativa. El hombre es comparado con un árbol, al igual que el árbol, en nuestra infancia necesitamos que nos cuiden, nos rieguen y nos protejan de los vientos y de las tormentas. A medida que crecemos no necesitamos un cuidado tan intensivo, pero de nuestra infancia dependerá nuestra fortaleza para poder dominar nuestro destino, y los contratiempos de la vida, si tenemos raíces fuertes podemos aguantar lo que sea.

De chico disfrutaba mucho la fiesta de Tu Bishvat, mi padre compraba las mejores y más exóticas frutas disponibles, y mi madre lo disponía todo en fuentes, muy adornadas y coloridas. Siempre intentábamos conseguir una fruta nueva para poder bendecir Shejeianu. Gracias a Hashem, agradezco las raíces fuertes que me dieron mis padres, siempre educándome con amor, preocupándose y protegiéndome. Hoy me toca a mi transmitir valores, educar y proteger, ruego a Hashem poder dar lo que recibí, y lograr formar un árbol robusto y fuerte que crezca con alegría y salud” .  deseo lo mismo a cada uno de ustedes

Que el Señor nos guíe, ilumine y nos de discernimiento para poder usar nuestra libertad de conciencia cristiana. No es un mandato el poner un árbol, pero seguramente muchos (como Lutero con su familia en la imagen de portada de éste artículo) lo han considerado un elemento que puede recordarnos y apuntarnos a la verdad de estas fechas: El Evangelio se encarnó.  ¡Feliz Navidad!

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